Roxana Jiménez León

Una madre, un hijo, un padre, un dios, la libertad. Todo ello interpretado por tres hombres, o más bien tres gritos, tres presencias.  Cada uno, noche tras noche, se presentarán para encarnar lo que significa ser hombre en un mundo donde el espejo ya no devuelve una imagen única. 

La obra se llama Tres hombres, pero lo que se despliega en escena está lejos de la homogeneidad. Son tres solos, tres voces, tres batallas que se podrán ver por tres días en el Centro de la Cultura Plurinacional (calle René Moreno Nro 369) a las 19:00. 

La directora de la puesta en escena, Camila Rocha Scardino, artista transdisciplinar, y hechicera escénica, tramó la coreografía múltiple y desafiante desde las entrañas mismas de las artes vivas. No se trata de una directora, sino de una invocadora: fundó compañías, programas de filosofía y danza, y plataformas para la creación. Además de crear una red de pensamiento y movimiento que, como un tejido andino, revela capas que sólo se entienden desde la complejidad.

Su obra, que consta de tres solos diferentes, inicia el miércoles 25 de junio con la interpretación de Miguel Marín Savatier con «Hombre en Mujer»: un solo que no se pregunta quién soy, sino a quién pertenezco. Su cuerpo se curva hacia una madre invisible. El lenguaje aquí no es el verbal, sino el de los huesos que recuerdan. 

El jueves 26, Rafael Moser toma la escena con «Hombre Dios Hombre», y cada gesto suyo es una plegaria: hijo que busca al padre, dios que habita en la carne y duele. Finalmente, el 27 de junio, «No Hombre», interpretado por Sergio Valencia, rompe todo lo anterior. No hay género, ni centro, ni identidad fija. Lo que hay es un tránsito, un trance, una danza que es también un permiso para dejar de ser.

La apuesta de Camila Rocha es radical: desmontar lo masculino desde sus vínculos más primarios, madre, dios, libertad, y permitir que el espectador entre en un juego de asociaciones y afectos donde nada es lo que parece. Cada solo es una pieza, pero el rompecabezas completo solo emerge si se asiste a los tres y se concibe como una narrativa acumulada, una densidad emocional que se construye función tras función.

Las entradas pueden adquirirse por 50 bs cada obra o 100 bs por las tres. Un costo que ofrece en escena una exploración íntima, política y estética sobre lo que significa ser hombre cuando las certezas se deshacen. Cuando la única respuesta posible es el cuerpo.

Para más información pueden comunicarse con el número 67648892.