
El pasado domingo, el estado de Queens, Nueva York, se convirtió en un rincón de Bolivia. Calles llenas de música, color y emoción dieron paso al tradicional desfile boliviano, una celebración que reunió a más de veinte fraternidades folklóricas llegadas desde distintos puntos de Estados Unidos, bajo la organización del Comité Pro Bolivia Solidario, presidido por Vladimir Céspedes.

El evento fue una muestra viva del alma boliviana. Se vieron danzas emblemáticas como los tinkus, la morenada, la energía de los tobas, la fuerza de la chacarera y la poesía en movimiento del taquirari, ante la mirada emocionada de cientos de espectadores de diversas nacionalidades que se congregaron para ver una Bolivia en plena marcha, lejos de casa, pero más presente que nunca.

Entre las protagonistas del desfile estuvieron “Las Bolivianitas del DMV”, quienes desfilaron con orgullo y entusiasmo.
Con mucho entusiasmo y vestida de verde, Denice Céspedes, de raíces cruceñas y guardieñas, llegó al evento con la fraternidad Tinkus Pachamama, integrada por más de 50 bailarines:
“Me encantó ver tanta diversidad entre los espectadores. Fue muy especial. Quiero resaltar también la participación vibrante de la agrupación Cupesi. Me hizo muy feliz verlos representando con tanta fuerza la cultura del Oriente.”
Céspedes destacó la importancia de este tipo de celebraciones: “Es increíble ver cómo las tradiciones bolivianas son celebradas y disfrutadas por personas de todos los orígenes. El desfile no solo enaltece nuestro folclore, también nos une como comunidad.”

Por su parte, Isabel Siles, conocida en el circuito artístico como “La K’acha Cholita” y líder de K’acha Cholita Entertainment, desfiló vestida de rojo y expresó: “Este es un espacio en el que no solo se destacó el folclore boliviano, sino a Bolivia en su conjunto. Se sentía mucho cariño, mucha identidad. Bolivia tiene tanto por ofrecer, tanto dentro como fuera de sus fronteras.”
En el color amarillo, Jennifer Ortiz, conocida como la “Cholita Bandida”, compartió su emoción: “Estoy profundamente agradecida con las fraternidades. El desfile fue una experiencia hermosa. Destacó el trabajo de los medios, el esfuerzo de los grupos folklóricos y la impecable organización.”

El desfile boliviano en Queens fue más que una muestra cultural: fue una reafirmación de identidad, un acto de resistencia festiva y una declaración de amor a una patria que no se olvida, aunque se cruce el mar. Porque donde haya un boliviano bailando nuestras danzas, allí también late Bolivia.








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